miércoles, 21 de abril de 2010

Erupción del volcán Eyjafjallajökull

Una serie de importantes eventos volcánicos ocurrieron en Islandia en 2010 a causa del volcán Eyjafjalla. La actividad sísmica se inició a finales de 2009, y dio lugar a una erupción volcánica el 20 de marzo de 2010. Una erupción el 14 de abril de 2010 arrojó ceniza volcánica varios kilómetros en la atmósfera lo que llevó al cierre del espacio aéreo sobre la mayor parte del norte de Europa a partir del 15 de abril, afectando los planes de viaje de millones de pasajeros.

Primera erupción

Volcán Eyjafjalla, 17 de abril de 2010.

La erupción se cree que comenzó el 20 de marzo de 2010, a unos 8 kilómetros al este del cráter del volcán, en la región de Fimmvörðuháls, donde es muy popular la práctica del senderismo. Esta primera erupción no ocurrió en el glaciar y fue menor que la prevista por algunos geólogos, puesto que desde el 4 de marzo se había detectado una deformación del volcán, que presentaba una tasa de crecimiento de un centímetro diario, fruto del ascenso del magma, que fue acompañada de una serie de sismos, lo que hizo desalojar a los habitantes más cercanos al glacial.

La erupción se dio en una fisura volcánica, abierta en el flanco oriental del volcán, a unos 1000 metros de altitud, de entre 300 y 500 metros de largo y orientada en dirección noreste-suroeste. La lava pasó entre las capas de hielo de Eyjafjallajökull y Mýrdalsjökull. Una docena de fuentes de lava, de cientos de metros de alto, brotó por la fisura. La erupción fue de tipo hawaiano con un índice de explosividad volcánica de 1. Estas fuentes de lava estuvieron acompañadas de un penacho volcánico de menos de un kilómetro de altura, que fue empujado por los vientos hacia el oeste y tuvo un impacto de tefra muy bajo. Estos fenómenos volcánicos fueron observados desde el aire por la mañana y la alta temperatura de la lava fue detectada por satélites equipados con sensores MODIS, de modo que las autoridades declararon el estado de emergencia en el sur de Islandia unas horas después del inicio de la erupción, obligando a la evacuación de los habitantes de Fljótshlíð debido al riesgo de inundaciones. Existen temores de la reactivación del volcán Katla, ya que se considera que ambos volcanes han estado relacionados en sus erupciones pasadas.

Durante las primeras horas de la erupción, un pequeño flujo de lava se desplazó al noreste de la garganta a través de Hrunagil, cerca de la zona de riesgo de fusión de la capa de hielo del glacial y por tanto de inundación de las zonas bajas. El 26 de marzo la lava aumenta y discurre al mismo tiempo por una segunda garganta situada al oeste de la primera, en Hvannárgil. El 31 de marzo por la tarde, se forma una segunda fisura volcánica de unos 300 metros de largo al noroeste de la primera. Las dos fisuras provocaron que grandes cascadas de lava se dirigiesen hacia el valle Þórsmörk en el norte. Desde 5 de abril, se calmó la erupción al perder intensidad los temblores. Sin embargo, al día siguiente, a las 15.00 horas (hora local) se produjo un terremoto de magnitud 3,7 en la escala de Richter, el más fuerte desde el comienzo de los acontecimientos, con su hipocentro localizado a tres kilómetros de profundidad, más cercano a la superficie que la media de los terremotos registrados anteriormente que era de diez kilómetros. El 7 de abril la erupción se detiene por primera vez, aunque sigue emitiendo gases volcánicos. La segunda grieta deja de expulsar lava el 12 de abril, marcando el final de la primera fase eruptiva. La lava ocupaba una superficie de 1,27 kilómetros con un espesor estimado de entre diez y veinte metros, mientras que los cráteres recién formados aumentaron su altura en 82 metros. La lava es basáltica, rica en olivino con un porcentaje de sílice del 47%.

La primera fase eruptiva se cerró sin causar víctimas o daños, ya que en la zona no había viviendas o infraestructuras. Las medidas preventivas fueron eficaces con la evacuación de unas cincuenta personas que vivían cerca del lugar de la erupción y la prohibición de acceso al lugar de la erupción.

Segunda erupción

Volcano scheme.svg

Corte transversal de un estratovolcán:
1. Cámara magmática
2. Roca
3. Chimenea
4. Base
5. Depósito de lava
6. Fisura
7. Capas de ceniza emitida por el volcán
8. Cono
9. Capas de lava emitida por el volcán (Coladas)
10. Garganta
11. Cono parásito
12. Flujo de lava
13. Ventiladero
14. Cráter
15. Nube de ceniza

El 14 de abril de 2010, tras una breve pausa, comenzó una nueva erupción, esta vez en el cráter superior, en el centro del glaciar, lo que causó el deshielo de éste y las consecuentes inundaciones en los ríos cercanos, provocando la evacuación de más de 800 personas. El río Markarfljót se desbordó y causó daños materiales en la Hringvegur, primera carretera del país, que tuvo que ser cortada en un tramo de 400 metros. Esta erupción fue de naturaleza explosiva, estimándose que fue entre diez y veinte veces superior a la anterior en Fimmvörðuháls. Dado que esta erupción se produjo bajo el hielo del glaciar, la lava expulsada sufrió un rápido enfriamiento, lo que provocó que se formaran pequeños fragmentos de vidrio que ascendieron dentro de la columna de ceniza, por lo que su presencia en las capas altas de la atmósfera es muy peligrosa para los aviones. El día 17 de abril el pronóstico era que la nube continuase extendiéndose por el norte de Europa.

El día 19 de abril, vulcanólogos suecos detectaron que el volcán comenzaba a expulsar una cantidad menor de ceniza, mientras que aumentaba la emisión de lava y vapor, lo que hacia presagiar una situación de calma en la erupción, pero al día siguiente, el Centro de Control del Tráfico Aéreo británico (NATS) detectó que la erupción se había fortalecido originando una nueva nube de ceniza. Por su parte el presidente de Islandia, Ólafur Ragnar Grímsson, instó, en una entrevista a la BBC, a las autoridades mundiales a prepararse para una eventual erupción del volcán Katla, puesto que, según él, la erupción del Eyjafjalla es sólo un "pequeño ensayo", y afirma que la erupción del Katla está cada vez más cercana.

Nube de ceniza

Grandes columnas de vapor de agua se elevan al evaporarse la nieve y el hielo del glaciar.

Esta segunda erupción arrojó ceniza volcánica a la atmósfera, llegando a una altura de varios kilómetros y extendiéndose por un área de miles de kilómetros cuadrados, causando la interrupción del trafico aéreo en el noroeste de Europa el 15 de abril de 2010, el cierre de aeropuertos y el espacio aéreo sobre la mayor parte del norte de Europa, así como, la cancelación de miles de vuelos. Esta circunstancia afectó a los vuelos procedentes de muchas partes del mundo, al cerrar los aeropuertos de Fráncfort y Ámsterdam, estimándose la cancelación de hasta 17.000 vuelos. No se daba esta circunstancia desde los Atentados del 11 de septiembre de 2001. Por todo esto, los servicios de ferrocarriles del norte de Europa se vieron desbordados por la creciente demanda. Mientras tanto, científicos islandeses anunciaban previsiones de intensificación de la erupción y la NASA advirtió que esta erupción podría ser el preludio de una mucho mayor.

El 19 de abril, la OTAN realizó varios vuelos de prueba en distintos puntos, no confirmados, de Europa. Los aviones, cazas polivalentes F-16, sufrieron cristalización de minerales en el interior de los motores, aunque todos pudieron aterrizar sin problemas en sus bases.

El 20 de abril se abrió el espacio aéreo de la mayor parte de Europa, quedando restringido en Dinamarca, Suecia e Irlanda, hasta la fecha se habían cancelado 95.000 vuelos en el continente. Ese mismo día el ejercito finés hizo públicas las fotografias de los daños producidos por la nube de ceniza en aviones cazas polivalentes F-18 que realizaron un vuelo de prueba el jueves 15 de abril

Evolución de la nube de ceniza volcánica

Efectos sobre el clima

Se espera que si la nube de cenizas alcanza la estratosfera se produzca un descenso de la temperatura global, ya que las cenizas reflejarían la radiación solar, al igual que sucedió en 1992 tras la erupción del monte Pinatubo en Filipinas. Además la notable disminución del tráfico aéreo ocasionan una reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero de aproximada de 2,8 millones de toneladas de dióxido de carbono (Co2) menos en la atmósfera.

Los cuatro tipos comunes

Dependiendo de la temperatura de los magmas, de la cantidad de productos volátiles que acompañan a las lavas y de su fluidez o viscosidad, los tipos de erupciones pueden ser:

Hawaiano, de lavas muy fluidas y sin desprendimientos gaseosos explosivos. La lava se desborda cuando rebasa el cráter y se desliza con facilidad, formando verdaderas corrientes a grandes distancias.

Estromboliano. La lava es fluida, con desprendimientos gaseosos abundantes y violentos. Debido a que los gases pueden desprenderse con facilidad, no se producen pulverizaciones o cenizas. Cuando la lava rebosa por los bordes del cráter, desciende por sus laderas y barrancos, pero no alcanza tanta extensión como en las erupciones de tipo hawaiano.

Vulcaniano, tipo de volcán se desprende grandes cantidades de gases de un magma poco fluido que se consolida con rapidez. Las explosiones son muy fuertes y pulverizan la lava, produciendo gran cantidad de cenizas que son lanzadas al aire acompañadas de otros materiales. Cuando la lava sale al exterior se consolida rápidamente, pero los gases que se desprenden rompen y resquebrajan su superficie, que por ello resulta áspera e irregular.

Peleano. Entre los volcanes de las Antillas es célebre el de la Montaña Pelada de la isla Martinica por su erupción de 1902, que ocasionó la destrucción de su capital, San Pedro. Su lava es extremadamente viscosa y se consolida con gran rapidez, llegando a tapar por completo el cráter. La enorme presión de los gases, que no encuentran salida, levanta este tapón que se eleva formando una gran aguja.

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